Mejor evitar que consumir
Decir que el alcohol es nocivo para la salud es un axioma, si bien entender dicha proposición ha costado años y generaciones, pues la mentalidad al respecto ha cambiado notablemente en las últimas décadas. Lo que otrora era un elemento vinculado a la diversión y al ocio, pasó a ser un producto cuyo consumo debía hacerse con moderación. Ahora, los expertos aconsejan: «Mejor evitar que consumir».
Con estas palabras se expresa Marta Lima, profesora de Enfermería en la Universidad de Sevilla y miembro de un grupo de investigación dedicado a la innovación en cuidados y determinantes sociales en salud, cuestión muy relacionada con el alcohol. Lima ha publicado y participado en numerosos libros y artículos científicos acerca del alcoholismo.
Los jóvenes comienzan a consumir alcohol cada vez más pronto
Sin embargo, lo que realmente preocupa en el ámbito del alcohol es todo aquello que concierne a los menores. Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través de la Encuesta sobre alcohol y drogas en España (EDADES), 1995-2015, –publicada en 2017– los jóvenes se inician en el consumo de alcohol a los 16,6 años. Este dato, que ha fluctuado sin mucha variación en los últimos años, viene a confirmar que los jóvenes comienzan a consumir alcohol antes, ya que en 1997 la edad media era de 16,8 años.
Baja percepción del riesgo que existe
Según Lima, el principal factor que influye a la hora de que un joven se inicie en el alcohol es «la baja percepción del riesgo que existe». En concreto, según los datos de EDADES, la percepción del riesgo que supone ingerir unas 5 o 6 cañas o copas cada fin de semana ha aumentado tan solo un 0,2 por ciento en las dos últimas décadas, situándose en un pírrico 45,8 por ciento.
Una percepción que no evita que el 66,6 por ciento de los jóvenes entre 15 y 17 años haya consumido alcohol alguna vez en su vida y el 58 por ciento lo haya hecho en los últimos 12 meses. En este sentido, Lima considera que este consumo sigue siendo «una asignatura pendiente» y pone de ejemplo a las campañas contra el tabaco. «Se han hecho importantes campañas y se ve mucho peor el consumo de tabaco», indica.
¿La solución? Decir no
Como dato curioso, cabe señalar que solo el 33,4 por ciento de estos jóvenes confiesa no haber bebido nunca alcohol. Las pandillas siguen siendo un factor crucial, ya que muchos adolescentes comienzan a consumir alcohol para no sentirse el bicho raro de su grupo, para no sentirse marginado. La profesora Lima, cuyo grupo de investigación analiza estos modelos psicológicos, admite que la presión social y la norma social del entorno del adolescente –esto es, lo que se opina a su alrededor–, guardan mucha relación con el inicio en el consumo de alcohol.¿La solución? Decir no. «Hay que promover aspectos psicológicos y recursos entre los jóvenes para que mejoren la capacidad de decir no y evitar el consumo», señala Lima.