En muchas ocasiones la demencia asociada al envejecimiento es un mal inevitable. Sin embargo, en otros muchos casos se trata de un trastorno que se puede prevenir llevando a cabo hábitos saludables con regularidad.
Demencia precoz
De todos los casos analizados, 57.000 eran de la conocida como demencia precoz, que se caracteriza por una aparición de los síntomas muy temprana, generalmente antes de los 65 años.
En algunos casos este tipo de deterioro cognitivo a tan temprana edad parece tener un origen genético, pero en otros tiene mucho que ver el estilo de vida que ha llevado a cabo el paciente en cuestión. De hecho, el 57% de los 57.000 casos de demencia precoz estaban relacionados con un consumo excesivo de alcohol.
Lógicamente, este no es el único factor que interviene en la aparición de demencia prematura, por lo que el estudio también tiene en cuenta otros fenómenos, como el tabaquismo, la presión arterial alta, los estudios inferiores o los problemas de audición.
Los investigadores responsables del estudio concluyen que estos datos deben alentar a las autoridades competentes a reforzar las campañas de prevención del alcoholismo, empezando por las personas más jóvenes. Y es que, si no se corta el problema a tiempo, la costumbre de beber para olvidar podría convertirse en algo demasiado literal.