Sabemos que el alcohol no aporta ningún beneficio, pero somos conscientes de las consecuencias negativas de su consumo abusivo?
Consecuencias físicas
El alcohol es una sustancia soluble en agua y circula libremente por todo el organismo afectando a células y tejidos, comienza un proceso de cambios metabólicos, que en su primera etapa da lugar al acetaldehído que es más tóxico que el alcohol.
La oxidación del alcohol en los tejidos (principalmente en el hígado) determina una importante utilización de sustancias que existen en forma limitada e indispensables para el metabolismo adecuado de las grasas.
Cuando el consumo del alcohol es excesivo, el malgasto de estas sustancias provoca graves alteraciones en el metabolismo de las grasas, lo que da como resultado hígado graso o esteatosis hepática, que de no ser controlada con la supresión del consumo del alcohol llevaría posteriormente a la cirrosis hepática, una de las complicaciones más serias y frecuentes de los alcohólicos.
Produce anemia
Beber mucho puede provocar que disminuya la cantidad de oxígeno que llevan los glóbulos rojos provocando fatiga, problemas respiratorios o dolores de cabeza.
Aumento probabilidad ataque cardíaco
Beber frecuentemente o beber demasiado puede provocar problemas en el corazón como:
- Alta presión arterial.
- Cardiomiopatías.
- Arrítmis
- Stroke
Tiene perjuicios para el hígado
- Fibrosis.
- Cirrosis.
- Hepatitis.
Produce cáncer
Aunque el alcohol no es determinante de cáncer por acción directa sobre los tejidos, sí es un disolvente muy efectivo para las sustancias cancerígenas y permite la libre circulación de estas por todo el organismo, lo que aumenta el riesgo de cáncer de lengua, boca, faringe, laringe, esófago e hígado, así como de cáncer de colon, recto, mama y pulmones.
El alcohol puede incrementar el riesgo de desarrollas ciertos tipos de cáncer:
- Hígado
- Garganta
- Laringe
- Boca
- Colon
- Recto
- Mama
- Pulmones
- Esófago
Los científicos creen que el riesgo llega cuando el cuerpo convierte el alcohol en acetaldehido, un potente carcinógeno.
El riesgo de cáncer es aún mayor en los bebedores que también fuman.
Produce alta presión arterial
El alcohol tiene como resultado final hipertensión arterial por la ingestión exagerada de lípidos y el efecto sobre las glándulas suprarrenales que producen cortisona.
El alcohol puede modificar el funcionamiento del sistema nervioso simpático, el cual controla la constricción y dilatación de los vasos sanguíneos en respuesta al estrés, temperatura o esfuerzo.
La alta presión arterial puede guiar a muchos otros problemas de salud: enfermedades del corazón, renales o infartos cerebrales.
Empeora el funcionamiento del sistema respiratorio
La ingesta crónica de alcohol puede provocar la disminución de importantes funciones celulares en los pulmones.
Produce problemas de la piel
El uso crónico y excesivo del alcohol esta asociado con un amplio rango de desordenes de la piel: urticaria, psoriasis, dermatitis seborreica y rosacea.
Produce disfunciones sexuales
El consumo a largo plazo de alcohol puede provocar daños en el sistema nervioso central y en el sistema nervioso periférico, resultando en una pérdida de deseo sexual e impotencia en hombres. Esto se produce por la reducción de la testosterona por atrofia de los testículos.
Las bebidas alcohólicas son depresoras de la función sexual. En personas normales que ocasionalmente beben en exceso, el efecto depresor transitorio sobre el sistema nervioso, sobre el cerebro y médula espinal, actúa como bloqueador de los reflejos que determinan en gran parte la erección y la eyaculación.
Empeora el funcionamiento del sistema inmunológico
Beber demasiado puede debilitar tu sistema inmune, haciendo que sea más sencillo que el cuerpo contraiga enfermedades.
Los bebedores crónicos tienen más probabilidades de contraer enfermedades como la neumonía o la tuberculosis que la gente que no bebe alcohol.
Empeora el funcionamiento del páncreas
El alcohol provoca que el páncreas produzca sustancias tóxicas que pueden guiar a la inflamación del páncreas (pancreatitis), lo que a su vez impide una correcta digestión.
Produce dificultades en el embarazo
Pueden ocurrir partos prematuros y muerte intrauterina porque el niño no está preparado para neutralizar la acción del alcohol y metabolizarlo.
Se han observado nacimientos de niños con lesiones hepáticas debido a la fragilidad de esta glándula.
También el alcohol puede producir retraso mental en 30 a 40 % de los nacimientos, así como comportamiento anormal, trastornos de personalidad y conductas antisociales.
Consecuencias psicológicas
En cuanto a las consecuencias psicológicas son varias: afecta a la toma de decisiones, perdida de autocontrol, perdida de autoconciencia, perdida de apetito, depresión, ansiedad y violencia en las relaciones de pareja. Las más importantes son:
Afecta al funcionamiento del cerebro
El alcohol interfiere con la forma en la que se comunican las neuronas cerebrales y afecta a cómo funciona el cerebro.
Esto puede provocar cambios en el estado de ánimo, en el comportamiento y hacer difícil pensar con claridad o movernos coordinadamente.
A medida que se envejece, el cerebro encoge un 1,9% de media cada década. Sin embargo, el alcoholismo aumenta esa velocidad en ciertas regiones del cerebro, resultando en pérdidas de memoria y otros síntomas como la demencia.
Produce depresión y ansiedad
Depresión, ansiedad y ataques de pánico son desórdenes que reportan normalmente la gente dependiente del alcohol.
Se conoce desde hace años que a menudo la depresión se da junto con el alcoholismo, aunque ha habido un debate sobre cuál de ellas viene primero -beber o la depresión.
Un largo estudio realizado en Nueva Zelanda mostró que es beber frecuentemente lo que guía a la depresión.
Produce psicosis
La psicosis es secundaria a otras condiciones provocadas por el alcohol. Se ha demostrado que el uso de alcohol provoca un incremento del 800% de contraer desórdenes psicóticos en hombres y del 300% en mujeres que no han tenido otras enfermedades mentales.
Los efectos de una psicosis provocada por la ingesta de alcohol incluyen un incremento del riesgo de depresión y suicidio, al igual que alteraciones psicosociales.
Produce insomnio
El uso cróncio del alcohol puede llevar al insomnio, al igual que a alteraciones durante los sueños.
Disminuye las habilidades sociales
Las habilidades sociales disminuyen en las personas que sufren de alcoholismo debido a los efectos neurotóxicos del alcohol en el cerebro, especialmente en el cortex prefrontal.
Las habilidades sociales que quedan afectadas incluyen: percibir emociones faciales, expresiones faciales o la habilidad para entender el humor.
Por otra parte, hay estudios que han demostrado que la dependencia del alcohol se relaciona directamente con la irritabilidad.
Consecuencias sociales
Las consecuencias sociales y daños según la OMS son claras: al año mueren en el mundo 3,3 millones de personas debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,9% de todas las defunciones.
Solo en Estados Unidos y Canadá, el abuso del alcohol causa más de 100,000 muertes al año. Es la principal causa de muerte en adolescentes debido a los accidentes en carretera.
Otras consecuencias sociales son:
- Perjudica las relaciones sociales primarias, como la familia.
- Costes económicos millonarios al año, tanto del estado como de las personas que gastan demasiado en alcohol.
- Pérdida de productividad laboral.
- Asaltos sexuales a personas ebrias.
- Violencia: el consumo excesivo de alcohol esta relacionado con la violencia de pareja.