Todos hemos escuchado alguna vez que el alcohol mata las neuronas pero, ¿qué hay de cierto en ello?
Está claro que el alcohol es un tóxico y genera daños en el organismo y aunque cada cierto tiempo aparecen campañas promoviendo y destacando las virtudes y los beneficios del vino en realidad los posibles efectos beneficiosos del resveratrol (antioxidante que se encuentra en la piel de las uvas rojas) son ampliamente compensados y superados por los negativos del etanol (alcohol etílico) y de algunos de los llamados congéneres (otros alcoholes, aldehídos y cetonas, ésteres y taninos). La cantidad y proporción de estos congéneres parece que son responsables tanto del sabor y aroma del vino como de la gravedad de las resacas.
«La materia blanca” era mucho menor en cerebros de alcohólicos
Según un estudio publicado en 1994 por The Lancet, dos neurólogos daneses comprobaron que el número de neuronas de la corteza cerebral (la “materia gris”), entre bebedores y abstemios era idéntico. Sin embargo lo que sí advirtieron es que la “materia blanca” era mucho menor en cerebros de alcohólicos, y las células nerviosas que quedaban estaban atrofiadas. La materia blanca es menos esencial que la gris, y además las neuronas no estaban muertas, sino atrofiadas: es decir, que los daños son reversibles.
Investigaciones muestran que los axones y las dendritas degeneran en presencia de niveles elevados de alcohol, pero que pueden crecer de nuevo, hasta alcanzar incluso la recuperación total, cuando se retira el alcohol, porque la propia célula sobrevive.
La abstinencia prolongada provoca el restablecimiento de las conexiones entre las células cerebrales
Esta evidencia sugiere que la abstinencia prolongada de alcohol podría llevar a recuperar la función cerebral en los bebedores al permitir el restablecimiento de las conexiones entre las células cerebrales.
Forum Salud Mental Sevilla ofrece métodos de tratamiento para ayudar a las personas a dejar de beber y a recuperarse de los deterioros del cerebro relacionadas con el alcohol.