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El síndrome de abstinencia y sus efectos

El síndrome de abstinencia es el conjunto de síntomas provocados en el organismo dependiente física y mentalmente a una sustancia ante la retirada de ésta. La retirada puede referirse a un cese completo del consumo o bien a una reducción de este en cantidad y/o frecuencia. Generalmente la retirada de consumo está causada intencionalmente por el sujeto con dependencia, con el fin de eliminar las consecuencias aversivas que la adicción está causando en su vida

Los síntomas concretos de este tipo de síndrome van a depender del tipo de sustancia que se esté consumiendo, siendo generalmente los opuestos a los que aparecerían con una intoxicación de dichas sustancias. Generalmente suele aparecer craving o deseo y ansia intensos de consumo como respuesta al malestar que genera la ausencia de sustancia. Otros síntomas frecuentes son los temblores y espasmos, cefaleas, dolor muscular, problemas digestivos como náuseas y vómitos, mareos, agitación o alucinaciones.

La evolución de la sintomatología y su intensidad dependen no solo del tipo de droga sino del tipo, cantidad y frecuencia de consumo previo, estando ligado al nivel de dependencia y adicción presentada por el sujeto

¿Por qué se produce?

El porqué del síndrome de abstinencia es algo que muchas personas, especialmente quienes lo padecen, se preguntan. El motivo directo es el cese o reducción súbita de consumo, que se ha realizado de tal manera que el cuerpo del sujeto. El organismo se ha habituado a la sustancia, generándose una tolerancia a esta (que a su vez es la que provoca que los consumos vayan aumentando en cantidad y frecuencia) y acostumbrándose el cuerpo a funcionar con la sustancia.

El cuerpo, equilibrado antes de la adquisición de la dependencia, aprende a mantener un nuevo equilibrio en el que entra en juego la droga o sustancia en cuestión. La sustancia, que servía como reforzador inicialmente, con el tiempo pierde parte de este papel y se transforma en algo necesario para evitar el malestar asociado a su falta.

Una retirada brusca hace que el organismo, que dependía de dicha sustancia, derepente se encuentre con que le falta algo que le hacía funcionar. El equilibrio u homeostasis interna que el cuerpo había aprendido a mantener con la droga se desequilibra de golpe, generando el síndrome de abstinencia hasta que pueda mantenerse equilibrado por sí mismo. Pero depende de cómo se haga la retirada, el desequilibrio puede generar repercusiones muy severas.

La necesidad de una retirada gradual

Es importante tener muy en cuenta que la retirada de la sustancia no debe hacerse de forma súbita. Y es que a pesar de que el cese de consumo en personas drogodependientes es imprescindible y algo que puede salvarles la vida (tanto en sentido figurado como literal), cortar súbitamente el suministro de una sustancia de la cual nuestro organismo tiene dependencia puede tener consecuencias fatales.

En este sentido hay que tener en cuenta el tipo de droga y el nivel de dependencia existente. La retirada es necesaria, pero debe hacerse de forma controlada (a menudo se emplean diferentes fármacos, por ejemplo), pautada y gradual para evitar efectos fisiológicos severos y reducir el riesgo de un síndrome de abstinencia peligroso para la vida.

Es necesario dejar que el cuerpo se vaya acostumbrando a ir funcionando sin tanta sustancia hasta llegar a funcionar por completo sin ella.

Síndrome de abstinencia según la sustancia

Alcohol

Los consumidores crónicos de alcohol que cesan el consumo de esta sustancia pueden experimentar diferentes tipos de síndromes de abstinencia de gravedad variable. Síntomas frecuentes son la taquicardia y la sudoración, el insomnio, el temblor de manos, agitación y ansiedad, alucinaciones y convulsiones. En casos extremos es posible que el sujeto desarrolle delirium tremens, que puede llevar al paciente a la muerte.

Estimulantes

Dentro de esta categoría incluimos anfetaminas, cocaína y otros estimulantes. La abstinencia a estas sustancias genera humor disfórico, aumento del apetito, fatiga, pesadillas y problemas de sueño como algunos de los síntomas más conocidos.

Sedantes, hipnóticos y ansiolíticos

El uso y dosificación y el seguimiento de las pautas de consumo y retirada recomendados evitan este tipo de síndrome de abstinencia, que se puede dar tanto en aquellas personas que los usan terapéuticamente como en los que lo hacen de manera recreativa y/o sin control cuando se retira el consumo de golpe. Temblores, hiperactividad del sistema nervioso autónomo, taquicardia, náuseas y vómitos, alucinaciones, agitación y ansiedad son algunos de los síntomas más típicos.

Opiáceos

La retirada súbita del opio y sus derivados (como la heroína) generan un síndrome de abstinencia con potencial para resultar mortal. Disforia, náuseas, dolores, diarrea, fiebre, insomnio o dilación popular son algunos de los síntomas habituales en sujetos con abstinencia a los derivados del opio.