La marihuana se ha convertido en una de las drogas más extendidas y consumidas en la actualidad, y es vista socialmente como una droga blanda comparada al alcohol con relativamente poco riesgo, sin embargo el consumo frecuente de esta droga puede tener efectos negativos a largo plazo.
La marihuana es una de las múltiples formas en las que se consume el cannabis, concretamente la que utiliza hojas y tallos de la planta troceados y triturados. Esta sustancia tiene propiedades psicoactivas que son conocidas desde la antigüedad.
Se trata de una sustancia cuyos efectos iniciales resultan ligeramente estimulantes y euforizantes, para pasar a inducir estados de relajación física y mental. Provoca una disminución del nivel de tensión y de dolor, aumenta la sensación de hambre y reduce y enlentece el movimiento motor. También resulta eficaz como antiemético y anticonvulsivo.
Efectos a largo plazo de la marihuana
Los estudios realizados respecto a los efectos de la marihuana siempre han estado rodeados de una gran controversia. Se han realizado gran cantidad de investigaciones al respecto, en algunos casos con resultados poco claros, sobre los resultados de su consumo. Sin embargo, diferentes investigaciones han manifestado que su consumo puede provocar efectos a largo plazo en el cerebro y la conducta.
Es importante tener en cuenta que se está hablando de casos en los que el consumo se realiza de manera frecuente a lo largo del tiempo. Los efectos en cuestión dependen de la edad y el momento del neurodesarrollo en el que se inicia el consumo, así como el tiempo durante el que se haya producido dicho consumo.
Reducción del córtex orbitofrontal
El uso continuado de marihuana provoca una evidente reducción de la sustancia gris, especialmente en la corteza orbitofrontal. Ello supone asimismo una menor capacidad a largo plazo para la realización de tareas que dependen de esta área, como el control de los impulsos o la planificación.
Aumento de la conectividad neuronal
Según reflejan otros estudios, a pesar de la reducción de sustancia gris el cerebro, la conectividad entre las neuronas restantes se ve incrementada, de manera que dicha pérdida se ve en cierto modo compensada.
Es decir, aunque en condiciones normales un aumento de la conectividad de las neuronas sería una buena noticia, en este caso es el resultado de que vayan muriendo muchas neuronas, haciendo que las que queden deban «trabajar» más; se trata de un mecanismo del cerebro para intentar suplir la pérdida de grosor de la corteza. Además, este incremento de las conexiones es cada vez menor según aumenta el tiempo de consumo.
Disminución del rendimiento y la memoria
El consumo de marihuana produce a largo plazo problemas en diversos tipos de memoria. Alteraciones que dan como resultado una mayor dificultad de pasar a la memoria a largo plazo los contenidos de la memoria a corto plazo.
Estos efectos son especialmente notorios en personas que consumen a lo largo de su proceso de desarrollo, es decir adolescentes, debido a la modificación estructural del encéfalo que puede suponer el consumo de cannabis. En adultos ya formados que empiezan a consumir esta disminución es menor.
Aparición de brotes psicótico
Algunas variantes de cannabis pueden facilitr la aparición de brotes psicóticos en personas con predisposición genética a ellos, especialmente cuando se inicia el consumo de la adolescencia. Esto se debe a que el consumo temprano dificulta la correcta maduración neuronal de la conexión entre prefrontal y sistema límbico, lo cual facilita la aparición de alucinaciones y se dificulta el control e inhibición conductual.
Disminución del control de los impulsos
Otro de los efectos observados y directamente vinculados a la disminución de materia gris en la corteza frontal es la disminución en el control de los impulsos. La capacidad de inhibición de la conducta se vincula con partes concretas de ese lóbulo, que se encarga de contrarrestar el poder del sistema límbico, relacionado con las emociones y con la aparición de deseos.